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En casi dos años de pandemia, la enfermedad por coronavirus (COVID-19) nos ha demostrado que las secuelas post-infección no se quedan solo a nivel físico.
Si no que también tienen un impacto directo y considerable a nivel psicológico y emocional, tocando al ser humano de una manera más profunda.
Varios estudios han confirmado altos niveles de síntomas de trastorno de estrés postraumático, angustia, ansiedad y depresión en personas que han sido afectadas por este virus y sus variantes.
Todo ello, debido al aislamiento social, el peligro percibido, la incertidumbre, el malestar físico relacionado con los síntomas, los efectos secundarios de los medicamentos que en ocasiones se toman para paliar los síntomas o incluso las distintas emociones y sensaciones experimentadas como el miedo a la transmisión del virus, la soledad o el enojo por la situación.
Es importante recalcar que efectivamente, todos nos vemos afectados por esta enfermedad de una forma diferente qué es específica a cada persona y cada organismo.
Sin embargo, lo que es seguro es que aunque no hayas presentado síntomas fuertes, después de la COVID-19, la calidad de tu salud no sera la misma.
A nivel físico, las secuelas más frecuentes que presenta el organismo son:
- Problemas relacionados con el sistema respiratorio (tos, dificultad para respirar, dolor en el pecho)
- Trastornos del ritmo cardíaco
- Trastornos neurológicos, dolores de cabeza
- Trastornos de los sentidos (pérdida del olfato, pérdida del gusto)
- Problemas digestivos
- Dolores musculares o de las articulaciones
- Cansancio crónico
Y emocionalmente, las consecuencias son también muchas:
- Problemas de sueño, insomnio
- Irritabilidad
- Angustia
- Ansiedad
- Dificultad en el manejo de las emociones.
- Depresión (desde ligera hasta fuerte)
¡La sensación de cansancio físico y la depresión son las dos secuelas más frecuentes!
Entonces lo que estás sintiendo es cansancio o un estado de depresión POST-COVID?
Sin la valoración directa de un médico o especialista, a veces es difícil diferenciar entre estas dos cuestiones.
Sin embargo, existen varios criterios que nos pueden orientar para entender mejor por lo que estamos pasando.
En primer lugar, debemos reconectarnos con nosotros mismos para reconocer si el malestar proviene de una sensación puramente física o proviene más bien de nuestra parte mental o emocional.
Ya que, efectivamente, el cansancio prolongado también llamado cansancio crónico, se siente como una falta de energía únicamente corporal. Se trata de un organismo agotado por un sistema inmunológico que ha trabajado en exceso, por una falta de sueño y/o descanso o por una falta de nutrientes debido una mala alimentación.
En cambio, cuando hablamos de depresión, hablamos mas bien de un sentimiento de pérdida de motivación y alegría que nos impide realizar nuestras actividades diarias.
También es importante aclarar que no es raro sentir al mismo tiempo ambas cosas y que en ningún de estos casos estos síntomas deben tomarse a la ligera....
¿Cuál es el plan de acción para mejorar tu salud física y mental?
Como te mencionaba, el primer paso es ¡darle importancia a lo que sientes!
Físicamente, si sufres de cansancio crónico, ¡es hora de mejorar tu estilo de vida!
- Duerme lo suficiente y descansa todos los días.
- Busca una dieta equilibrada rica en fibra y nutrientes que mejoren tanto tu microbiota intestinal como tu sistema inmunológico.
- Toma algún complemento alimenticio que contenga los nutrientes esenciales: zinc, magnesio, omega 3, vitamina B12, vitamina D, vitamina C, etc..
- Cocina con más especias (canela, pimienta negra, jengibre, cardamomo, clavo)
- Muévete pero evita las actividades deportivas intensas.
- Evita los estimulantes del sistema nervioso central como la cafeína, la teína, la nicotina y el azúcar que perturbarán tu descanso y tu sueño.
Y no olvides que si tienes la impresión de que, a pesar de todos tus esfuerzos, tu cuerpo no logra recuperarse, es importante buscar el consejo de un médico.
Ahora, si más bien lo que sientes es que tu motivación esta por los suelos, es momento de cuidar tu salud mental:
- Adoptando un modo de vida menos estresante
- Realizando actividades relacionadas con la relajación y el placer.
- Haciendo pequeños esfuerzos diarios, aunque no tengas ganas: caminar 10 minutos todos los días, hacer una sesión corta de yoga o estiramientos, cocinar algo rico, ¡cada pequeño esfuerzo cuenta!
- ¡Dejando de lado las autocríticas, no siendo tan duro contigo mismo y mas bien motivándote a salir adelante!
- Tomando unos minutos para respirar de manera consciente.
También aquí te dejo dos meditaciones gratuitas que te pueden ayudar a sentirte mejor..
Y recuerda que al igual que por tu salud física, si sientes que tu estado depresivo persiste, es importante hablar con un especialista.
Hasta pronto,
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